En este libro (Princeton University Press, Princeton, 1994) se examina el proceso histórico por el que los estados (primeramente, los europeos) construyeron el discurso acerca de que la única violencia legítima en el ámbito internacional es la que los propios estados ejerzan. Se analiza en detalle cómo los estados (que -como han explicado convincentemente
Charles Tilly y
Michael Mann- empiezan a surgir, sobre la base de la concentración de poderes de coerción violenta y la posterior territorialización de dichos poderes, a partir de la Baja Edad Media a lo largo de Europa) recurrieron a la violencia privada como forma de alcanzar sus objetivos. Cómo dicho recurso a la violencia privada (mercenarios, corsarios, compañías comerciales, etc.) les ocasionó sucesivas dificultades, hasta el punto de empezar a verla como un problema. Cómo se construyó el discurso para deslegitimarla. Y cómo, por fin, se adoptaron medidas para eliminarla.